Haz algo

Esta mañana entré a mi dormitorio para hacer la cama y, sin pensar, me senté en el borde de la misma a ver la vida pasar, aunque solo fuese por unos segundos. Claro que antes abrí Spotify y puse una lista de reproducción de bandas sonoras de películas que me encanta. «The Portrait», tema de James Horner para la película Titanic (James Cameron; 1997) comenzó a sonar (te invito a escucharla mientras lees esto). La ventana estaba abierta, el viento entraba con total libertad y el ruido de una obra cercana resonaba por toda la calle. Me quedé mirando el edificio situado justo frente al mío y, sin darme cuenta, dejé de escuchar el insufrible sonido de los martillos y sierras. Tan solo había viento, pájaros y la música de fondo. Me quedé ensimismado. Mi mente no dejaba de mirar más allá de lo que veía y sentí la necesidad de quedarme ahí mucho rato. De hecho, no podía parar de pensar en lo bien que me sentía. Una especie de efecto túnel inundó todo mi ser: solo estábamos allí mi mente y la música. El resto estaba borroso. Pero, desgraciadamente, ese instante de paz terminó rápido… Un fugaz pensamiento me recordó que debía hacer algo. Pensé: «Venga, Cristóbal, haz algo de provecho, que se te va el día». Resulta curioso, porque estaba haciendo algo como tal, pero, a la vez, no hacía nada. ¿O sí?

«Haz algo de provecho». ¿No estáis cansados y cansadas de que os digan eso? O peor incluso: ¿de decíroslo a vosotros y vosotras mismas? El panorama social y laboral actual nos incita a producir y consumir en cadena sin tan siquiera pararnos a pensar qué hacemos. Para entenderlo mejor, pensemos en una empresa como Netflix. Estrena series y películas de forma exagerada. Existe tanto producto audiovisual que no da tiempo (qué gran concepto y qué ganas tengo de pararme (vaya, otra vez sin hacer nada) a escribir y debatir conmigo mismo sobre él) a verlo, disfrutarlo y analizarlo en condiciones. Es ahí, en este nimio ejemplo, donde reside la dinámica de nuestra sociedad: no te pares, haz algo, produce, aprovecha el tiempo, produce, trabaja, no te pares, produce, consume, no te cuestiones nada, consumeproducenotepares… ¡YA! ¡POR FAVOR!

No nos queremos dar cuenta de que en los momentos en los que «no hacemos nada», como pararnos a mirar el cielo a través de una ventana mientras escuchas el viento y un buen tema musical de fondo, también hacemos algo. Estamos viviendo, joder, sencillamente viviendo. ¿Hay algo más importante y valioso que eso? Nos merecemos un respiro. Tú, la persona que lee esto, te mereces un momento para ti. De hecho, esos instantes nos hacen ser quien somos y nos dan energía para afrontar los acontecimientos venideros y construir nuevas experiencias y, para más inri, producir mejor.

Sé que puede ser complicado de entender y, sobre todo, de aceptar, pero es la verdad. Necesitamos un respiro, un momento para nosotros mismos, para conseguir callar las voces de nuestro alrededor y de nuestras propias cabezas. De otro modo no seremos capaces de apreciar lo realmente valioso y todo ese ruido (sonoro, visual, etc.) no nos dejará disfrutar de lo que vale la pena.

Ha sido en el tiempo que dura el tema en los que se me ha ocurrido escribir este texto. Puede que se entienda (eso espero) o puede que no (pido perdón en tal caso). Solo te pido que te pares a pensar un momento en lo valioso que resulta dedicar tiempo a escuchar, mirar y, en esencia, apreciar adecuadamente el mundo que nos rodea. Apreciar la vida misma.

Yo, por ahora, debo seguir produciendo para, espero que en un futuro no muy lejano, conseguir ese dinero que tanta falta hace… Porque ya sabes lo que dicen: si no da dinero, para qué pierdes el tiempo con ello. Resulta hipócrita todo lo que he escrito antes, pero ¿acaso no es el ser humano lo más hipócrita que existe? Damos consejos y no tenemos ni idea de cómo asumirlos. Decimos algo alentador, pero somos esclavos de aquello que criticamos. Curioso. Curiosísimo.


No. En este último párrafo ya no se escuchaba «The Portrait» de James Horner. De hecho, no escuchaba más que mi mente gritando que dejase de escribir para hacer algo. Hacer algo. Vaya.

-Un cuervo con nombre.

Deja un comentario